Lejos de la gran tolva en la que se almacenaba el
mineral en bruto para su carga en las vagonetas que lo transportaban para su
distribución, a los puertos de mar para su traslado definitivo, se encontraban
las escuelas para los hijos de los mineros, de las que quedan muy pocos vestigios.
Como buen cronista, nos ilustras con detalles sumamente descriptivos a los que no hay más remedio que rendirse y felicitarte por tu buen hacer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Una historia muy bien contada a través de estas fotografías en blanco y negro en las que no falta ni el dramatismo, ni la curiosidad que siempre despiertan las ruínas. En este caso, tu relato nos va abriendo una línea argumental para satisfacer esa curiosidad imaginando el poblado y la escuela en tiempos mejores.
ResponderEliminarUn abrazo,
Esa escuela me recuerda las que también habia en las colónias textiles de Catalunya, donde los trabajadores (mal)vivian casi como esclavos. Las escuelas, iglesias i economatos evidentemente no eran para facilitar la vida a los obreros sinó para evitar que salieran del recinto.
ResponderEliminarExcelente série Luis.
Un abrazo
Esa pizarra acribillada por el tiempo ejemplifica a la perfección todo este mundo perdido que apenas logramos entender gracias al lenguaje de la imagen.
ResponderEliminarUn abrazo. Excelente serie.
Con tus imágenes y tu relato recordamos viejas formas de trabajar y vivir que poco a poco por suerte se van perdiendo.
ResponderEliminarMagnífica serie Luis.
Un fuerte abrazo
Oh still beautiful pictures of this world forgotten! we can imagine the buildings with your images, I like !!
ResponderEliminarMuy buenas, la pizarra es una maravilla, podría estar colgada en Arco y no sorprendería.....
ResponderEliminarUn abrazo
Buen documento, Luís. En esta pizarra escribian los maestros, ahora los necios.
ResponderEliminarE imagino que cuando ves estos lugares tu mente te lleva a tiempos mejores.. Suscribo el comentario de Ramón.. Un fuerte abrazo :)
ResponderEliminarCierto. Apenas quedan vestigios de escuelas ni de maestros.
ResponderEliminarUn abrazo
Agustín.
Una crónica casi anunciada de los vestigios de la tolva y la vieja escuela. Me trae muchos recuerdos. La luz en ambas imágenes es espléndida. Abrazos.
ResponderEliminarKolejne bardzo dobre zdjęcia. Podoba mi się kompozycja pierwszej fotografii
ResponderEliminarLa primera me encanta la línea que recorre la foto y desciende hasta coronar el árbol, un elemento natural junto a la vivienda y en la segunda, vemos lo que parece fue la pizarra de la escuela, testigo de muchas historias como la que nos cuentas de este pueblo.
ResponderEliminarUn abrazo, Luis.
La lenta devolución a la tierra de las piedras que un día le fueron arrancadas...
ResponderEliminarUna vieja pizarra abandonada es un juguete hecho a medida para los que nunca supieron escribir en ella :)
Abrazos