A veces, en ocasiones, cuando menos lo espero, me sucede que mientras busco algo que me impresione, que me transmita alguna emoción, me doy de narices con la NADA. Una NADA absoluta y contenida entre cuatro paredes, en cualquier receptáculo vestido hermosamente en su arquitectura pero, en el que me encuentro solo y sin nada más que aquello que palpita, no se si en mi alma, en mi corazón o en alguna otra parte desconocida de mi donde vibra y habita un impulso creador .
Y entonces tiro de foto y siento que en la tarjeta de memoria me llevo algo que no estaba a la vista pero que me atrapó desde el primer momento por su ENORME presencia vacía.
