Aquella ruina parecía no estar allí de antes. Aquella ruina vino a buscarme para enseñarme ese camino que, ya comenzado desde hacía tiempo, aún no escupía su aliento contra mi boca, contra mis ojos, haciendo que todo se mostrara claramente dibujado como paseo, como un caminar templado sin abismos, sin temores premonitorios.
Y al levantar la vista y enfrentarla todo quedó claro y un empujón con filo de cuchillo, descubrió el fondo de un escenario que enseñaba la dura realidad.