Estos días de ajetreo desmedido, de compras excesivas, se repiten cada año antes de las fiestas de Navidad. Me gustan estos días por lo que tienen de familiares, pero, no puedo evitar sentirme preso de esa necesidad innecesaria de estar rodeado de personas con prisas, de idas y venidas, de quedadas a todo tiempo. Yo prefiero los paseos a solas, con la mirada bien abierta descubriendo rincones que tengo muy vistos, pero, que nunca se repiten.
Desde esta emoción os deseo a todos unas felices fiestas.
Un fuerte abrazo




















