Permitir que la mirada abra puertas y ventanas de ese patio interior que todos poseemos y por las que el viento, el olor y la emoción penetren hondo, muy hondo, allí donde un deseo desconocido de poseer todo lo que la vista alcanza, grita por sentirse atado, cosido a aquel espectáculo que vive fuera y dentro de mi.

No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comentarios