Nada menos que todo un mundo.

A veces hay momentos en los que tengo la seguridad de necesitar un cambio de rutina. Me sucede cuando llevo más de tres horas enfrascado en la lectura de una novela tan apasionante como "La península de las casa vacías" (David Uclés). De repente comienzo a notar un cosquilleo que me advierte de la necesidad de cambiar de entretenimiento, al menos por un tiempo más o menos corto.  Entonces pongo en la Fujifilm el objetivo macro, preparo un escenario en el que situar cualquier cosa que encuentro por casa y me sumerjo en una nueva intención.  A veces el resultado me satisface y entonces pienso en mostrarlo aquí. Vosotros diréis.