El aire se descubre vuelco,
un vaivén de silencios
acelera la caída de la noche
y un hilo amargo, hiel, bilis,
esconde un eclipse de sombras opacas.
Ya nada hay que hacer,
solo entintar la confianza
de azul casi negro frio
y talar los besos que recientes,
son gotas témpano dormido.
Si quemar el fuego gris de la nostalgia…
Ya nada hay que hacer…
La foto en sí es inquietante y misteriosa y obliga a querer saber lo que se esconde en la sombra. El poema es un soplo de aire fresco donde todo se descubre. Un conjunto grandioso, Luis!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo :)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarBella imagen has logrado
ResponderEliminarThe image is full of thoughts and feelings. And the words are as well.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo contigo, nada hay que hacer ya, para mejorar esa buena foto que tiene tan buena edición.
ResponderEliminarLas sombras se abren paso
ResponderEliminarLa sombra como cortina que tanto oculta como descubre. Un misterio latente, en una excelente composición.
ResponderEliminarUn abrazo, Luis.
Bellas palabras para acompañar una imagen misteriosa y atractiva marca de la casa.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Luis
Una imagen en la que la sombra pone una toque de inquietud.
ResponderEliminarUn abrazo.
buen poema
ResponderEliminarde la fotografía me inquieta la sombra, se ve amenazante, asusta lo que no se deja ver, pero esta presente
saludos
A veces las sombras nos inquietan, otras nos despiertan curiosidad.
ResponderEliminar¡Gracias dobles!, por la foto y el poema.
Aferradetes, Luis.
Me ha gustado mucho tu poema de sombras y luces, acompaña muy bien a la foto. ¡Feliz 2023!
ResponderEliminarNo sé porqué mis comentarios se quedan en el spam en tu blog.🤷♀️
ResponderEliminarUn trabajo, la imagen y las palabras, muy intimista... Muy profundo, amigo
ResponderEliminarLa luz, siempre hay que seguir la luz. Que el negro no nos invada y que solo aparezca en nuestra sombra.
ResponderEliminarSaludos.
La palabra agrietada, nostálgica y la imagen, como una herida, vertical y diagonal ante una pequeña mota, tal vez una hoja, tal vez un no sé qué que flota en su blancura leve, muy leve, hacia el lado derecho de la imagen. Pero las arrugas de la piedra y las sombras parecen imponerse, o tal vez no. Sólo el autor de imagen y palabras sabe. O tal vez no pues, en muchas ocasiones, nos decimos al contarnos en palabra e imagen pero no siempre somos totalmente conscientes de lo que (nos) contamos. Más bien nos buscamos y seguimos buscándonos ante un algo que sepa encontrar lo que no siempre encontramos.
ResponderEliminarAbrazo, Luis.
Tu mirada sensible ha capturado una imagen que habla a la mente y al corazon.
ResponderEliminar