Gracias por tus comentarios en mis blogs. A veces ocurre tal como has señalado, que nos dejamos de ver y es una lástima. Esta foto me gusta mucho desde el punto el punto compositivo y de la concepción de la misma. Hasta pronto. Un saludo.
Me encantan esos edificios de cristal donde se refleja todo lo que se les pone por delante. La foto, extraordinária... y el árbol que rompe la monotonia, perfectamente protagonista. Un abrazo Luis
·. Mientras encuentras el espejo nosotros encontramos una estupenda fotografía en la que equilibras la rigidez arquitectónico con el color que dulcifica la imagen. Abrazos, Luis .·
ABAJO, desde las tripas, el aire nos circunda. ABAJO, desde lo que nos remueve, PODEMOS mirarnos. ABAJO, ARRIBA, desde ese espejo olvidado, desde las tripas hacia el interior para ver más allá, para vernos, para mirarnos por dentro y poder MIRAR. Todo está. Y, sin embargo, lo olvidamos. Grandísimo Abrazo, LUIS. sigamos.
Ese árbol dorado es como una explosión de vida dentro de ese fondo que juega entre la geometría y la distorsión. Parece (y tal vez lo es) la única certeza en el interior de un espejismo.
Una foto muy guapa Luis, el reflejo es fantástico y la composición es excelente.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por tus comentarios en mis blogs. A veces ocurre tal como has señalado, que nos dejamos de ver y es una lástima.
ResponderEliminarEsta foto me gusta mucho desde el punto el punto compositivo y de la concepción de la misma.
Hasta pronto.
Un saludo.
Muy buena Luis, sensacionales el reflejo y la nota de color contrastado de los árboles.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encantan esos edificios de cristal donde se refleja todo lo que se les pone por delante.
ResponderEliminarLa foto, extraordinária... y el árbol que rompe la monotonia, perfectamente protagonista.
Un abrazo Luis
·.
ResponderEliminarMientras encuentras el espejo nosotros encontramos una estupenda fotografía en la que equilibras la rigidez arquitectónico con el color que dulcifica la imagen.
Abrazos, Luis
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LMA · & · CR
ABAJO, desde las tripas, el aire nos circunda. ABAJO, desde lo que nos remueve, PODEMOS mirarnos. ABAJO, ARRIBA, desde ese espejo olvidado, desde las tripas hacia el interior para ver más allá, para vernos, para mirarnos por dentro y poder MIRAR. Todo está. Y, sin embargo, lo olvidamos. Grandísimo Abrazo, LUIS. sigamos.
ResponderEliminarUn edificio que da mucho juego fotográfico, tu propuesta está llena de detalles para perdernos en él.
ResponderEliminarBuen trabajo, Luis.
Abrazo.
Ese árbol dorado es como una explosión de vida dentro de ese fondo que juega entre la geometría y la distorsión. Parece (y tal vez lo es) la única certeza en el interior de un espejismo.
ResponderEliminarUn abrazo