Más allá de lo posible
¿Qué hace que me detenga ante
un elemento arquitectónico? A veces, su majestuosidad, su grandeza, en otras
ocasiones simplemente la potencia de un espacio que ha sido ocupado por un
conjunto de materiales que se mantiene casi por milagro en pie, alcanzando
alturas increíbles. Pero siendo cierto que estos motivos me detienen y me
hacen sentir la potencia de una obra maestra de la arquitectura, no son estos
los que con mayor razón me paralizan y me empujan a fotografiar lo que se
presenta ante mis ojos. La verdadera razón hay que buscarla más en la sorpresa
que me causa ese paso dado un poco más allá de lo aparentemente necesario, más
allá de lo que para mí sería necesario arquitectónicamente. Y es tan bello lo
que veo ante mis ojos y resulta tan potente, tan arriesgado y tal vez tan
innecesario, que no puedo ni quiero evitar guardarlo en mi tarjeta de
memoria.
