Hay espacios en los el aire se hace corpóreo, se impregna de olores, de sonidos y de un dinamismo casi grosero de ventanas adentro. Esto sucede en los llamados patios de luces donde la vida apenas se ve pero, se escucha, casi se puede palpar en las voces, en los cánticos, en las emisoras de radio que vocean sus canciones o noticias. Un patio es mucho más que un espacio al que llega la luz. Es un punto de encuentros.